Las competencias clave pueden definirse como la combinación de conocimientos, capacidades y actitudes adecuados para una determinada situación.
Son fundamentales para todo individuo en una sociedad basada en el conocimiento. Estas competencias comportan un valor añadido en el mercado laboral, en el ámbito de la cohesión social y de la ciudadanía activa al aportar flexibilidad, adaptabilidad, satisfacción y motivación.
Así, puesto que todos los ciudadanos deberían adquirirlas, la presente recomendación propone a los Estados miembros una herramienta de referencia para asegurar que dichas competencias clave se integren plenamente en las estrategias e infraestructuras de los Estados miembros y, particularmente, en el marco del aprendizaje permanente.
Estas competencias clave en el desarrollo del aprendizaje son ocho; o nueve en el caso particular de Castilla-La Mancha.
1. Competencia en comunicación lingüística.
2. Competencia matemática.
3. Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.
4. Tratamiento de la información y competencia digital.
5. Competencia social y ciudadana.
6. Competencia cultural y artística.
7. Competencia para aprender a aprender.
8. Autonomía e iniciativa personal.
Todas estas competencias básicas presentan una novedad en nuestro sistema educativo y una preocupación para los docentes. En la normativa aparece como uno de los pilares de la educación.
Así, de entre ellas en la asignatura de Educación se destaca sobre todo la Competencia Digital, ya que engloba todos aquellos aspectos que tienen que ver con el cambio que se ha ido produciendo en la Educación, primordialmente gracias a Internet.
De este modo, competencia digital consiste en disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar información, y para transformarla en conocimiento. Además, incorpora diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse. Por tanto, puede deducirse que el nivel que se da en nuestra comunidad educativa ha ido aumentando considerablemente en estos últimos años.
Un buen ejemplo es la observación de las mochilas de los profesores o incluso de los alumnos. Comprobaremos que en los últimos tiempos se ha producido un cambio en los materiales y herramientas que ellos utilizan. Veríamos como los lápices, bolígrafos o libretas pasan a un segundo plano, utilizándose más otras herramientas tales como teléfonos móviles, dispositivos de almacenamiento (memorias USB, discos duros portátiles, etc) o dispositivos multimedia (reproductores mp3 o mp4). Esta clase de herramientas empiezan pues, a ser frecuentes tanto en el profesorado como en el alumnado.
Así, de entre ellas en la asignatura de Educación se destaca sobre todo la Competencia Digital, ya que engloba todos aquellos aspectos que tienen que ver con el cambio que se ha ido produciendo en la Educación, primordialmente gracias a Internet.
De este modo, competencia digital consiste en disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar información, y para transformarla en conocimiento. Además, incorpora diferentes habilidades, que van desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una vez tratada, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse. Por tanto, puede deducirse que el nivel que se da en nuestra comunidad educativa ha ido aumentando considerablemente en estos últimos años.
Un buen ejemplo es la observación de las mochilas de los profesores o incluso de los alumnos. Comprobaremos que en los últimos tiempos se ha producido un cambio en los materiales y herramientas que ellos utilizan. Veríamos como los lápices, bolígrafos o libretas pasan a un segundo plano, utilizándose más otras herramientas tales como teléfonos móviles, dispositivos de almacenamiento (memorias USB, discos duros portátiles, etc) o dispositivos multimedia (reproductores mp3 o mp4). Esta clase de herramientas empiezan pues, a ser frecuentes tanto en el profesorado como en el alumnado.
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